El Growth Hacking es una estrategia cada vez más popular en el mundo del marketing digital, y Sean Ellis, uno de sus pioneros, desarrolló un proceso estructurado para impulsar el crecimiento de startups y empresas establecidas.
Este enfoque se basa en la experimentación rápida, el análisis de datos y la optimización continua.
En este artículo les comparto más info del proceso de Growth Hacking de Sean Ellis, detallando cada una de sus fases clave.
El primer paso en el proceso de Growth Hacking es definir una hipótesis clara y medible.
Esta hipótesis debe estar alineada con los objetivos de crecimiento de la empresa y debe ser específica para poder ser validada o rechazada con datos concretos.
Por ejemplo, una hipótesis podría ser: “Implementar un sistema de referidos aumentará las inscripciones en un 20% durante el próximo mes”.
La clave es ser lo suficientemente concreto para que los resultados sean medibles y accionables.
Una vez definida la hipótesis, el siguiente paso es generar ideas que puedan ser testadas para validarla.
Este proceso debe ser colaborativo, involucrando a diferentes miembros del equipo que puedan aportar perspectivas diversas.
Las ideas deben ser creativas pero también factibles, considerando los recursos disponibles.
Es fundamental documentar todas las ideas, priorizando aquellas que tienen un mayor potencial de impacto con el menor esfuerzo de implementación.
Con una lista de ideas en mano, el siguiente paso es priorizarlas.
Sean Ellis sugiere utilizar un marco de trabajo como el ICE (Impacto, Confianza y Esfuerzo), donde cada idea es evaluada en función de su potencial impacto, la confianza en que tendrá éxito, y el esfuerzo requerido para implementarla.
Las ideas que obtienen la puntuación más alta deben ser las primeras en ser probadas, ya que ofrecen la mejor combinación de resultados positivos y eficiencia en el uso de recursos.
Una vez priorizadas las ideas, es hora de pasar a la acción: ejecutar experimentos.
Cada experimento debe ser diseñado para probar una hipótesis específica y debe tener un marco temporal definido.
Es crucial que los experimentos sean rápidos y ágiles, permitiendo que se realicen ajustes o cambios según sea necesario.
Durante esta fase, la atención al detalle es vital para garantizar que los resultados obtenidos sean precisos y reflejen la realidad.
Finalmente, tras ejecutar los experimentos, llega el momento de analizar los resultados.
Acá, la data juega un papel fundamental.
Es necesario comparar los resultados obtenidos con la hipótesis original para determinar si esta ha sido validada o no.
Si la hipótesis es correcta, se puede proceder a implementar la idea a mayor escala.
Si no, es necesario iterar, ajustar la hipótesis o explorar nuevas ideas.
El análisis constante y la disposición a aprender de los errores son esenciales en el proceso de Growth Hacking.
El proceso de Growth Hacking de Sean Ellis no es solo un conjunto de técnicas, sino una mentalidad orientada al crecimiento continuo.
Al seguir estos pasos —definir hipótesis, generar ideas, priorizar, ejecutar experimentos y analizar resultados—, las empresas pueden encontrar maneras innovadoras de escalar y mejorar sus operaciones.
La experimentación constante y la adaptabilidad son las claves para mantener el impulso de crecimiento en un entorno empresarial en constante cambio.
Soy Magui Viedma
Y hago muchas cosas.
Acá comparto contenido sobre marketing digital, negocios y nomadismo.
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